No se como pensar o quizá sea que
ya no quiero hacerlo. Siempre fue mas fácil sentir pero hoy duele tanto que
vuelvo a pensar como hacerlo y ya no quiero sentir, o así lo creo ¿Por qué tiene
que existir un fin cuando el principio es tan perfecto?, y me vez de nuevo
buscando como hacerlo, es mi mente que no se detiene o tal vez sea yo que no
quiero hacerlo. Se ven las estrellas cayendo, desorientadas destrozando el
viento, atraídas con fuerza por tu lamento y lo siento, nunca quise herirte o
quien sabe, tal vez solo de eso se valió mi intento. De nuevo no quiero
hacerlo, pero mi mente no se detiene, aquí me tiene, varado en el tiempo
cargando en mis hombros este cruel lamento. Y de nuevo lo siento, siempre fue más
fácil el error que enfrentar la carga, pero nunca escuche tu dolor hasta que
con horror me dijiste, “lo siento, pero ya no quiero hacerlo”. Te fuiste, se
ven cayendo junto al cielo y lo eterno, destrozando el sueño, atraídas con
tanta fuerza por mi lamento, y de verdad lo siento e intento no detenerme en el
tiempo pero así es como pienso y quizá, quizá ya no quiera hacerlo. Fue más fácil
dañarte que amarte, y eso, eso de verdad lo siento, lo lamento y lo pienso. ¿Como
no detenerme en el tiempo y solo vivir este lamento?, si hoy duele tanto que vuelvo
a pensar como hacerlo, y ya no quiero sentir, o eso intento ¿Por qué no
enfrente mis demonios antes que termine nuestro cuento?. De nada valen las
preguntas si no existen las respuestas, pero mi mente no se detiene y siempre
tiene la manera de seguir detenida en el tiempo. Cuanto lo siento, y aquí
termino, como termino nuestro cuento, cayendo desorientado, destrozando el
sentimiento…
viernes, 28 de marzo de 2014
jueves, 20 de marzo de 2014
La ansiada mueca
Deshace su brillo en hilos que
enredan mis pupilas en un haz de luz imborrable, y allí se guarda la imagen más
simple que define millares de sensaciones y las explica, todas de una sola vez,
con una sola mueca. Se descose de su boca y pasa así a otras multiplicándose, expandiendo
su aura inundada de vida, de colores y sentires que completan la esencia misma
del alma. Me seduce en un solo segundo, tan brutal como el impacto de un rayo,
pero tan suave como la caricia que la brisa otorga a las flores en el alba, y
tan perfecta; tan perfecta que no existe forma de alcanzarla. Se ve difusa en
ocasiones, escondida tras el manto de oscuridad que una cuantas lágrimas pueden
ofrecer, se esconde pero nunca escapa, solo se refugia ante el puñal aterrante
del dolor. Y con su espada ofrece resistencia y la blande a favor de la
esperanza, de la alegría. De la tan ansiada felicidad. Parece que se aleja pero
¡no!, siempre esta, solo hay que confiar, ella siempre esta. Su trazo se alinea
con el corazón uniendo cuerpo y alma ante la sensación única e incontenible de
perseguir cada sueño hasta la ultima de las fuerzas, porque aquellos por los
que todo daríamos, esos son los sueños que vale soñar. Los que vale alcanzar. Y
ella es el motor de aquellos que desprenden nuestros sentimientos más cálidos,
los que nos hacen valer cada segundo de nuestra vida en un solo nombre, una
misma piel, un rostro particular. Esa imagen simple define, con una solo mueca,
el destino de nuestro amor. Y de que vale la existencia sin amor, no quisiera
ser aquel que lo averigüe, no me atrevería jamás a evitar su llamado. Aquel que
conspira contra las leyes de la física, de la naturaleza dando vuelo a algo más
que un sentimiento, algo más que una razón o un sueño. Algo tan inmenso que no
se comprende con lenguajes, con imágenes o sonidos. Que no se entiende en
aromas, que no sabe de tiempo ni espacio, no sabe límites o barreras. Un aura
inundada de vida completando la esencia misma del alma. La sonrisa, esa que no
se debe perder u olvidar, brío eterno del amor, esa imagen simple que define
millares de sensaciones y las explica, todo a favor de la tan ansiada felicidad…
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