miércoles, 28 de mayo de 2014

Delirio profundo



Profundo delirio de una lágrima ardiente que surca incontrolable por la mejilla, pero no parece tristeza, es algo distinto, es algo especial. Y se ahoga el alma en un sin fin de emociones, una marea que arrasa con el ser completo, tanta confusión se declara y la mente estalla en sentires formando parte ahora del corazón. La desesperación que lleva el incontrolable impulso de sentir que no existen barreras ni destino, ni cuentos de hadas. No hay palabras mágicas que destruyan las dudas o miedos. El tiempo es dueño indiscutible de la sensación, y me pregunto porque. Corremos perdidos tras sueños que escapan a la realidad pero que dan tanta vida a la razón que no los dejamos huir, y aunque no sean exactos buscamos abrazarlos, nos aferramos a ellos. La ilusión de un niño en busca de su tesoro, de la aventura más grande jamás conocida. Pero se pierde en los porque, en los cuando y en los donde sin saber que nada de eso tiene sentido. Y se ahoga el alma, cuan desesperada se encuentra y me pregunto porque, porque existe el tiempo cuando las miradas bastan, cuando las sonrisas brillan. Desesperada ambición de creerse dueño de la emoción, de pensar ser el confesor mismo del amor en si suelto en la tierra con la única misión de poder ser. Libertad, sentimiento, locura, pasión, deseo, todo resumido en una sola mirada a pesar de las miles que pueda haber, todo esto se comprende solo en una. Y el tiempo no es dueño de nadie ni de nada, si las miradas bastan, si las sonrisas explotan. Y aun me pregunto porque, aunque carezca de sentido.
Profundo delirio de una lágrima ardiente, pero no es de tristeza sino de alegría. Alegría por volver a enamorarse…     

miércoles, 21 de mayo de 2014

Su nombre



Ahí esta, flotando sobre la silueta imperfecta del viento, quebrando el tiempo y descifrando su paso, volviendo eternos los segundos, los momentos. Ahí esta, brillando de astro en astro contenida en un suspiro de la luna, iluminando el cielo y haciéndome sentir que nunca existieron las lágrimas, las heridas. Su nombre ya no importa, ahora solo es sentimiento, es sonrisa que deshace demonios, que quema lamentos. Es algo en sus ojos, que alerta los sentidos y los vuelve infantes, y ahora sueñan esperanza, sueñan colores. Ahí esta, seduciendo la esencia de la pasión, volviendo su fuego infinito. Es misterio, es fe. Es el milagro que danza entre los ángeles. ¿Quién pudiera alcanzar su belleza?, y profeso a si mi ilusión envuelta en un deseo que irrumpe en mi mente como una constante inspiración para mover universos, para reclamar mío el mundo y luego dejarlo en sus pies, servido a sus deseos. Ahí esta, ¿no la ves?, destilando el perfume de las flores, vistiéndolas con cada uno de sus colores. Y su nombre ya no importa, su nombre es sensación, su nombre se vuelve emoción. Ahí esta, bailando junto a la silueta imperfecta, discutiendo al tiempo y que así entienda que el cariño no es cuestión de años o minutos, es materia pura del sentir, sin tic ni tac, quizá cómplice de una sola mirada, de una única sonrisa. Esa razón que se permite la locura para entregar todo por un pálpito del corazón, por un suspiro que se la escapa en cada palabra suya. Ahí esta, con ella mi alma se expande abrazando el espacio, cuan infinito sea, y ahora siento que todo es posible. Ahí esta, ¿no la ves?, su nombre es…su nombre es amor…