lunes, 29 de febrero de 2016

Hoy sueño…

Intento recordar, la marea, el viento rozando la caricia, la mejilla. El viento, tal vez frío, tal vez la brisa. Intento recordar u olvido olvidarme lo que fue, lo que es. El viento rozando mi mejilla, ¿rozando? Confuso, mareado, hipnotizado por el ir y venir de las olas al romper, al llegar, al tocar la costa y descansar en forma de sal. La sal, amarga, ligera, ¿o espesa tal vez?, como la arena, como sus huellas. Intento, no alcanzo, ¿intento? Un trato inaceptable, contrato que se hace trizas. Trizas, fragmentos, momentos deshilachados formando nudos, enredados en el alma, perdidos sin calma. Un corazón latiendo de fondo, ¿enterrado? Errado quizá, equivocado. La brisa, la marea y el sol, parte también de una canción envuelta en lágrimas. Una sonrisa que se pierde con la calma, se apaga la estrella, la luna se entromete pero no alcanza, lo intenta y no alcanza. ¿Soy yo el intento?, y quien la meta. Olvido el recuerdo, olvido… la caricia en la mejilla es del viento, mi mano ya no alcanza, se cansa. Mis manos…
Intento el olvido para el recuerdo, y aun más me acuerdo, más lo veo. El cielo en su descenso, descolorido, desprotegido. El cielo y su descenso, su descanso dentro de mis ojos, mis sueños en sus brazos. La calma, ahí estaba, su existencia, su sentencia a un paraíso exquisito. En imágenes, difusas, cortadas, aun se ve, aun lo veo. Siguiendo las huellas la arena, la mezcla con la sal, el sol. ¿El brillo fue de febo o los destellos se brindaban apacibles desde una fuente ajena, certera? Intento olvidarme, quizá lo recuerdo, tal vez en algún sueño aun lo veo. Una charla amigable, de costado a la inocencia se la ve distinta, de costado, lado a lado pero no de la mano. De costado al amor se lo ve acostado, dormido. Una charla amigable sin dudas un recuerdo, ¿o es olvido? El sentido confuso, mareado, hipnotizado por el ir y venir de la memoria, cansada, soñada. Rompe la sal en la herida, ahora lo veo todo en un sueño. La caricia perdida, la calma, el olvido… la memoria del cielo.
Recuerdo el intento, siniestro, silencio que hoy se olvida, una vida que vive de memoria. La historia en la arena, las marcas en su piel borradas, erosionadas. Las marcas en mi piel clavadas, estancadas. Brillando cual luz de haz, haz brillante. Tal vez fue febo, y la duda hecha canción. Quizá fue la sonrisa esa que se perdió. La misa del dolor llamando a campanazos al corazón, sonando una, dos. Sonando tres y la sordera es inventada, el silencio no existe y retumba, rebota en cada rincón del alma el llamado que la tristeza propone. Propone con fuerza, sin calma. La caricia que falta, desespera, desentierra el recuerdo y se confunde, se aterra. Se aferra al testimonio que la memoria dispone, se exalta, se angustia impaciente, rabiosa. Se muere y renace en la locura inevitable de un olvido como el silencio, inexistente. De un intento para el olvido, de un cielo perdido. De un corazón… en el fondo del suelo, enterrado.
Un intento, dos. Un montón de canciones y estrellas que el cielo propone. Dispone mi alma de un segundo y las cuenta. Una, dos, tres, la cuenta difiere de ayer y ayer no es hoy. Falto esta el cielo de un astro, falto esta el tiempo de esperanza. No hay espera que la haga llegar, desespera la canción y no existe mas aquella duda. Las olas se la llevaron, traga la marea y escupe mis restos, sus restos, tus restos. La que queda es la caricia, ahora perdida, lo que queda en la memoria es la historia de un olvido inexistente, latente aun en un corazón con alma enredada, sin calma. Intento verlo, ayer no es hoy y hoy…hoy es un sueño…

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