jueves, 2 de febrero de 2012

Vida

De mi lado se fue, decidió soltar su remo, cansada de que la corriente y yo le jugáramos en contra, cansada de vivir aprisionada entre falsas promesas. Entre palabras vacías surgidas de sentimientos confusos. A pesar de sus sentimientos se alejo, desprendió sus alas para poder volar hacia algún lugar mas tranquilo, para poder conocer su felicidad. Aquella que le habíamos prometido mi amor y yo, aquella que perdí en el camino, cuando me perdí a mi mismo. Como poder explicarle que no era yo, que mi mente perturbada no encontraba la forma de ser, de convivir consigo misma, que nunca quise herirla, todo lo contrario. Como explicárselo si ni yo mismo puedo encontrar razones. Devaste su confianza a tal punto que difícil es imaginar el poder volver a verla sonreírme, el poder abrazarla. Imposible es creer en poder volver a besarla, en fundir nuestros cuerpos en la mas pura y divina expresión, en un solo ser. Traicione sus sentimientos, traicione los míos. Deje mi amor ahogarse en la desesperada confusión de mi mente, deje mi felicidad escapar, sin escuchar a nadie, sin dejar que nadie se acercara a mi. Y no fue hasta que la perdí, que pude comprender el error que había cometido. El más grande de todo mi vida. De los peores momentos de nuestra vida, cuando algo nos trae tanto dolor, es cuando podemos cambiar. Para bien o para mal. Y, como dije, no fue hasta que la perdí que me di cuenta que la única razón por la que nunca fui feliz, es porque yo mismo me lo impedía. Hoy es otro mi forma de pensar, de manejarme en la vida. Hoy extraño esos momentos que nuca tuvimos, esas salidas, esas palabras. Extraño todo lo que nunca hicimos, por mi estupidez, por mi infantil actuar. La balanza de la vida no me deja escapar a lo que hice, el no verte por estos 51 días, el saber de vos a travez de otros y rara vez por vos misma, el saber que destroce tu confianza, que provoque tu adiós, es un castigo que me acompañara el resto de mi vida. Porque quizá en el tiempo me perdones, pero yo nunca voy a poder perdonarme el haber dañado al amor de mi vida. A la persona con la que me encantaría compartir cada sueño, cada lagrima, cada risa. Compartir futuro, presente y pasado. Hoy agradezco el que al menos me hables y espero algún día poder volver a ver tu sonrisa. Y si la vida no nos vuelve a juntar, espero que seas feliz y sepas que siempre voy a estar ahí para vos...

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